Un MBA es un viaje transformador

“Un MBA es una carrera de largo aliento y en los dos años de estudios has demostrado tu capacidad de esfuerzo, de sacrificio, tu resistencia, tu manejo proactivo del tiempo. Maduras y empiezas a tomar mejores decisiones, con más criterio”; afirma Guillermo Quiroga, director general de la escuela de Postgrado de la UPC, Perú.

El MBA acaba de cumplir 100 años y tiene en este camino, algunos reconocimientos como detractores a raíz de la crisis financiera. ¿Qué reflexión le merece esto?

En el tema de la crisis financiera, los que han fallado son personas particulares y eso ha sido una señal de alerta. No se puede meter a todos en una misma bolsa. Los seres humanos tendemos a generalizar y toda generalización es injusta. Muchos de los MBAs a nivel mundial han replanteado sus currículas: Standford, Yale o Harvard. Se está poniendo énfasis en los cursos de ética y de valores. La gente que accede a un MBA, suele tener un nivel alto. Por tanto, si tú les das herramientas, el impacto de sus buenas o malas decisiones se multiplicará tremendamente. Los MBAs, tienen limitaciones y tienen que mejorar. La escuela es una herramienta. Hoy la sociedad está exigiendo a las empresas no sólo resultados sino también saber cómo se consiguen esos resultados. Ahora bien, una persona buena, capaz, con pensamiento estratégico, con visión comercial, con orientación a logros, con empatía, con capacidad negociadora, independientemente de que tenga un MBA o no, será buena para la organización. Tener un título no significa nada per se, mira el caso de éxito de tantos emprendedores que no han hecho un MBA y han construido empresas realmente importantes. Claro, que cuando una empresa crece se complejiza, entonces sí podrían necesitar un MBA. Se ha cuestionado el valor del título, cuando lo importante es que la gente sepa resolver problemas. Un MBA te da las herramientas para diagnosticar esos problemas para poder proponer mejores y más rápidas soluciones. Una persona sin especialización también podría hacerlo pero tendrá limitaciones. Si tienes el don, no te hace falta estudiar en una escuela de arte para ser un buen pintor, pero si le sumas la práctica y el conocimiento, serás mejor. Cada vez se cuestiona más el papel de la gente talentosa. El talentoso confía en su talento y le va bien, pero llega un momento en que pueden tener problemas, por otro lado, quienes no tienen tanto talento pero se esfuerzan, pueden llegar lejos.

¿Cuál es el valor de tener un MBA?

Un MBA es un viaje transformador, transforma el capital humano de la persona. El capital humano se compone de tres elementos: el capital intelectual, el relacional y el emocional. El capital intelectual son los conocimientos, las experiencias, el know how, adquirido a través del estudio y la experiencia. El  capital relacional es la capacidad de generar relaciones con otros, de transmitir confianza, de establecer equipos y redes de contactos, de valorar la diversidad. El capital emocional es tu autocontrol, tu manejo de las emociones, tu espíritu de sacrificio, tu proactividad.

Si definimos el capital humano de esa manera, ¿qué podemos hacer con este capital?

Hay que hacerlo crecer. Cualquier persona que quiera desarrollar su máxima potencialidad tiene la obligación de hacer crecer su capital humano constantemente. Y un MBA incrementa de manera exponencial tu capital humano. Y no sólo por los conocimientos adquiridos. Tu capital social se refuerza claramente, estudias  con gente diversa, tienes que ser empático. Cuando uno empieza a trabajar, por la dinámica misma del trabajo, la posibilidad de conocer a otros se va estrechando porque el círculo se reduce al mundo laboral, a los contactos de la universidad o del colegio y la familia. Un MBA refuerza esa capacidad de establecer contactos porque fomenta el trabajo en equipo, el trabajo en base a proyectos y la diversidad. Es imposible que un directivo haga todo, tiene que generar redes y relaciones de confianza. El tema del manejo de tu capital relacional es fundamental.

¿Y la parte emocional?

Un MBA es una carrera de largo aliento y en los dos años de estudios has demostrado tu capacidad de esfuerzo, de sacrificio, tu resistencia, tu manejo proactivo del tiempo. Maduras y empiezas a tomar mejores decisiones, con más criterio. Aprendes a manejar a tu equipo. La tendencia moderna en las escuelas de negocios es el balance entre conocimiento y habilidades. La educación tradicional estaba muy enfocada en los  conocimientos y el conocimiento puro no garantiza el éxito en el mundo real. En la UPC trabajamos con cinco líneas: el tema de la innovación, el liderazgo, la actitud global, el balance entre práctica y teoría y el balance entre conocimientos y habilidades. Estamos convencidos de que hay que innovar. Hay que formar para la innovación. Además, en el siglo XXI, tienes que ser global, la globalización no es una ideología, es una actitud mental de apertura, para mirar y aprender de otros, a valorar lo propio pero también reconocer lo ajeno y en función de eso, poder aprovechar las oportunidades de negocio, que haya en este mercado gigante. Tercero, lo que hace la diferencia son las personas, por lo tanto, un MBA tiene que facilitar en su gente la capacidad de liderazgo.

Para terminar, a manera de reflexión, ¿qué es un directivo?

Un directivo es una persona que sabe qué hacer y hace que las cosas pasen; que tiene capacidad estratégica y de liderazgo. Capacidad estratégica para leer el entorno, para prever, para manejarlo y para decirle a su organización a dónde ir, y luego, una vez que ha señalado el rumbo, ser capaz de conducir al equipo a ese sitio. Lo que consigues en un MBA, son esas capacidades de análisis, de síntesis, de pensamiento estratégico, muchos gerentes generales o directivos no saben temas funcionales pero saben a quién contratar. No puedes saberlo todo.