Europa ha creado desde el año 1998, un espacio propio que reconoce los titulados de las diferentes universidades de los países que componen su territorio, se trata del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES). Este beneficio, no contempla sólo un reconocimiento al título profesional, sino que principalmente apunta a lograr una educación de calidad del cual se benefician no sólo los europeos, sino todo aquel que estudie de manera regular en cualquiera de los programas de pre y postgrado.
Para entender como se ha ido logrando este acuerdo que fortalece la educación en Europa, revisemos paso a paso este proceso:
Desarrollo cronológico
El 25 de mayo de 1998, los Ministros de Educación de Francia, Alemania, Italia y Reino Unido firmaron en la Sorbona una Declaración instando al desarrollo de un “Espacio Europeo de Educación Superior”. Ya durante este encuentro, se previó la posibilidad de una reunión de seguimiento en 1999, teniendo en cuenta que la Declaración de la Sorbona era concebida como un primer paso de un proceso político de cambio a largo plazo de la enseñanza superior en Europa.
Se llega así a la celebración de una nueva Conferencia, que dará lugar a la Declaración de Bolonia el 19 de junio de 1999. Esta Declaración cuenta con una mayor participación que la anterior, siendo suscrita por 30 Estados europeos: no sólo los países de la UE, sino también países del Espacio Europeo de Libre Comercio y países del este y centro de Europa.
Declaración de Bolonia
La Declaración de Bolonia sienta las bases para la construcción de un “Espacio Europeo de Educación Superior”, organizado conforme a ciertos principios (calidad, movilidad, diversidad, competitividad) y orientado hacia la consecución entre otros de dos objetivos estratégicos: el incremento del empleo en la Unión Europea y la conversión del sistema Europeo de Formación Superior en un polo de atracción para estudiantes y profesores de otras partes del mundo.
La Declaración de Bolonia puso en marcha el proceso del mismo nombre. Este proceso se propone crear un sistema de grados académicos fácilmente reconocibles y comparables, fomentar la movilidad de los estudiantes, docentes e investigadores, garantizar una enseñanza de gran calidad y adoptar una dimensión europea en la enseñanza superior.
La Declaración de Bolonia se articula en torno a seis acciones relativas a:
- Un sistema de grados académicos fácilmente reconocibles y comparables. Incluye la creación de un suplemento común al título superior para mejorar la transparencia.
- Un sistema basado fundamentalmente en dos ciclos: un primer ciclo orientado al mercado laboral con una duración mínima de tres años, y un segundo ciclo (máster) al que se accede sólo si se completa el primer ciclo.
- Un sistema de acumulación y transferencia de créditos similar al sistema ECTS (European Credit Transfer Systems) utilizado para los intercambios Erasmus.
- La movilidad de los estudiantes, docentes e investigadores: la supresión de todos los obstáculos a la libertad de circulación.
- La cooperación en lo que respecta a la garantía de la calidad.
- La dimensión europea en la enseñanza superior: aumento del número de módulos, cursos y planes de estudios cuyo contenido, orientación u organización tengan una dimensión europea.
Reformar los sistemas europeos de enseñanza superior
La Declaración de Bolonia es un compromiso voluntario de cada país firmante para reformar su propio sistema de enseñanza: esta reforma no se impone a los gobiernos nacionales ni a las universidades. Por lo que respecta a los Estados miembros de la Unión Europea (UE), el Artículo 165 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea estipula que la Comunidad «contribuirá al desarrollo de una educación de calidad fomentando la cooperación entre los Estados miembros y, si fuera necesario, apoyando y completando la acción de éstos».
No obstante, los Estados miembros conservan todas sus competencias sobre el contenido de la enseñanza y la organización de sus sistemas educativos, así como su diversidad cultural y lingüística. La acción de la Comunidad se propone:
- Desarrollar la dimensión europea en la enseñanza, en particular mediante la formación y la difusión de las lenguas de los Estados miembros.
- Favorecer la movilidad de estudiantes y profesores, fomentando en particular el reconocimiento académico de los títulos y de los períodos de estudios.
- Promover la cooperación entre los centros docentes.
- Intercambios de información y experiencias sobre aspectos comunes a los distintos sistemas educativos de los Estados miembros.
La primera conferencia de seguimiento del proceso de Bolonia tuvo lugar en Praga en mayo de 2001. En ella, los Ministros adoptaron un Comunicado que respalda las actuaciones realizadas hasta la fecha, señala los pasos a seguir en el futuro, y admite a Croacia, Chipre y Turquía, como nuevos miembros del proceso.
El Comunicado de Praga añadió las siguientes acciones al Proceso de Bolonia:
- La formación continua, un elemento esencial del Espacio Europeo de Enseñanza Superior (EEES) para aumentar la competitividad económica.
- La participación de los centros de enseñanza superior y los estudiantes; los ministros destacan la necesidad de que las universidades, las demás instituciones superiores y los estudiantes participen para crear de manera constructiva el EEES.
- El fomento de medidas encaminadas a hacer más atractivo el EEES entre los estudiantes tanto europeos como de otras partes del mundo.
Los comunicados de Praga (2001), Berlín (2003) y Bergen (2005), correspondientes a las reuniones de ministros (www.bologna-bergen2005.no), hacen balance de los progresos realizados hasta cada fecha, incorporan las conclusiones de los seminarios internacionales realizados y establecen directrices para la continuación del proceso.